EL JOVEN QUE LEÍA LA BIBLIA EN EL CARRO

Felipe era un evangelista versátil, lleno del Espíritu Santo y guiado por el Espíritu. Podía predicar a grandes multitudes en un “avivamiento que alcanzara a una ciudad entera”. Podía también realizar un trabajo personal con un único individuo en una calle desierta. La eternidad puede revelar que en lo que se refiere a los resultados finales, la segunda actividad es tan fértil como la primera.

La lección esencial a ser aprendida es que cuando el Espíritu Santo nos anima a llevar algún ministerio a otros, Él nos da el poder necesario para que podamos cumplir con la misión. Donde Dios envía, Dios provee.

Otra lección es que, a los ojos del Seños, ninguna tarea dirigida por el Espíritu Santo es pequeña. Solo la omnisciencia divina puede proveer los resultados de los pocos momentos de un testimonio dado a una persona cuyo corazón ha sido preparado por el Espíritu Santo para recibir este testimonio.   

             

                                                       

Que el niño se disponga a predicar y enseñar la Palabra de Dios a sus compañeritos no salvos.

Varillas

Retazos de papel de cartón

Creyones de cera

Cobertor o alfombra roja.

Al saludar  a los niños, pregúnteles que quieren ser cuando sean grandes. Escuche y elogie la respuesta, y luego diga: “Pero hay una cosa que también pueden ser desde ahora: ¡pueden ser maestro de la Biblia! Pueden explicar la Biblia a sus amiguitos que no son salvos. El padre celestial quiere que expliquemos su Palabra a quienes no la entienden. Por eso la palabra importante de hoy es “explicar”.

“Explicar”

Presenta la palabra clave al dar la bienvenida enfatizando a los alumnos que el Padre Celestial desea que ellos expliquen a sus amiguitos las cosas de la Biblia.

“¿Y como voy a entenderlo, si no hay quien me lo explique?”

Hechos 8:31

Dibuje y recorte en cartulina algunos rostros de niños, dejando una pequeña pestaña debajo de la barbilla. Escriba una o dos palabras del versículo en cada pestaña. Pegue cada figura en una varilla y úselas para la memorización del versículo. Después de que los niños repitan varias veces el texto Bíblico, mezcle las figuras y distribúyalas entre ellos. Los niños que tengan las figuras deberían ponerse en pie, uno al lado del otro, de manera que las palabras queden en el orden correcto. Preste la ayuda necesaria.        

Explicación del versículo: Esta pregunta fue hecha por un joven que no entendía lo que estaba escrito en la Biblia de Dios. Hay mucha gente que no entiende a nadie que les enseñe. ¿Sabían que ustedes pueden ser maestros de la Biblia? El Padre Celestial quiere que expliquemos la Biblia a nuestros amigos que no la entienden. Ustedes pueden contar las lindas historias de la Palabra de Dios y explicar que ella habla de Jesús, el Hijo de Dios, que murió en la cruz para salvarnos del pecado.

El Ángel del Señor dijo a Felipe: "Levántate y ve hacia el sur, por el camino que baja de Jerusalén a Gaza: es un camino desierto". El se levantó y partió. Un eunuco etíope, ministro del tesoro y alto funcionario de Candace, la reina de Etiopía, había ido en peregrinación a Jerusalén  y se volvía, sentado en su carruaje, leyendo al profeta    Isaías.  El Espíritu Santo dijo a Felipe: "Acércate y camina junto a su carro". Felipe se acercó y, al oír que leía al profeta Isaías, le preguntó: "¿Comprendes lo que estás leyendo?".  El respondió: "¿Cómo lo puedo entender, si nadie me lo explica?". Entonces le pidió a Felipe que subiera y se sentara junto a él. El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era lo siguiente:
Como oveja fue llevado al matadero; y como cordero que no se queja ante el que lo esquila, así él no abrió la boca. En su humillación, le fue negada la justicia. ¿Quién podrá hablar de su descendencia, ya que su vida es arrancada de la tierra?

El etíope preguntó a Felipe: "Dime, por favor, ¿de quién dice esto el Profeta? ¿De sí mismo o de algún otro?". Entonces Felipe tomó la palabra y, comenzando por este texto de la Escritura, le anunció la Buena Noticia de Jesús. Siguiendo su camino, llegaron a un lugar donde había agua, y el etíope dijo: "Aquí hay agua, ¿qué me impide ser bautizado?".Y ordenó que detuvieran el carro; ambos descendieron hasta el agua, y Felipe lo bautizó. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor, arrebató a Felipe, y el etíope no lo vio más, pero seguía gozoso su camino. Felipe se encontró en Azoto, y en todas las ciudades por donde pasaba iba anunciando la Buena Noticia, hasta que llegó a  Cesarea.

Doble por el medio un cobertor o alguna otra cosa de material resistente. Un niño se sentara e uno de los extremos del cobertor doblado, mientras otros dos tiran por la otra punta, arrastrándole por el salón de clases. Finjan que están andando en el carruaje. Además de ser muy divertido, este juego ayudara a los niños a gastar energía y estimular la cooperación.