“Si hacemos un pacto con nuestro Dios, podremos volver a agradarle”, dijo el rey Exequias a sus súbditos (2ª Crónicas 29:10). Lo que siguió fue un autentico avivamiento. ¿Ha sentido usted la necesitad de una renovación espiritual en su vida? Los pasos dados por la nación de Israel son los mismos que debemos dar para alcanzar el avivamiento:
En primer lugar, hubo el reconocimiento y la confesión de pecados; se habían apartado de la voluntad de Dios y descuidado su culto. En segundo lugar, vino la santificación del templo, que en nuestra vida personal representa la santificación del cuerpo
-habitación del espíritu santo-, de la mente y del espíritu; todo aquello que forma parte de la lista de las obras de la carne debe ser abolido en nuestras vidas (Gálatas 5:19-21). La tercera cosa fue la renovación de la alianza, que incluyó la vuelta a la observancia del culto y los sacrificios. Personalmente, tal vez no se la asistencia a los cultos, sino el genuino sacrificio de alabanza, la adoración en espíritu y en verdad. Finalmente, el cuarto paso fue la entrega de las ofrendas. No solo nuestro dinero es contado como ofrenda, nuestro tiempo y talentos deben igualmente ser consagrados a Dios y a su causa.
Que el niño adore al Señor con alegría, no solo con los labios, si no con el pensamiento y corazón
Latas de refrescos vacías
Papel de colores
Goma de pegar
Cinta de papel crepé
Granos de fríjol, arroz, soya, maíz etc.
Escarcha de varios colores
Tinta guache
Pinceles
Delantales plásticos
Muestre la palabra clave después de los cánticos iniciales y explique: adorar al padre bestial es sentir un respeto muy grande por Él, un respeto que hace que la gente pierda el deseo de hacer relajo en la iglesia y sólo tengan ganas de alabarlo y pensar en Él.
Adorar al padre celestial nos deja tan alegres que hasta dan ganas de llorar, al pensar en lo muy poderoso, bueno y santo que es él, y en lo mucho que nos ama; es sentir el corazón lleno de amor por Él.
¡Adórenlo con alegría!
Salmo 100:2
Ilustre el versículo con al figura de un niño cantando. Después de leer el versículo en la Biblia diga: Ahora vamos a adorar al Señor solo con nuestro pensamiento. Cierren los ojitos y piensen en lo bueno que es el Padre Celestial, como Él los ama y cuida de ustedes. (Espere un medio minuto antes de continuar y luego prosiga en voz baja) ¿Están sintiendo como el corazón se pone calentito por el amor al Padre Celestial? Esto es adorar al Señor. Dígales: ¡Yo te adoro, Padre celestial, porque eres bueno!
El rey Esquías estaba preocupado porque el pueblo no estaba adorando al Padre celestial como debían hacerlo. El sabia que el Libro de Dios está escrito que debemos adorar al Señor.
Entonces, el rey Exequias hizo una cosa que puso muy feliz al padre celestial: ¡abrió las puertas del templo y llamo a todos los habitantes de la ciudad para hacer un culto de adoración al Señor!
El templo se lleno de gente y el rey Exequias dijo:
-Esta mal que nos quedemos sin venir al Templo y sin adorar a nuestro Dios. A partir de hoy, tendremos los cultos y las fiestas de adoración de la manera en que está escrito en la Palabra del Señor.
Las personas se pusieron muy contentas de adorar a Dios, y todos prometieron:
-Señor, prometemos que siempre te adoraremos y celebraremos los cultos en tu Templo.
Todos los músicos y cantores vinieron a cantar y a tocar himnos de alabanza a Dios.
Algunos tocaban arpas y otros trompetas.
El rey Exequias quería que las personas que vivían en las otras ciudades del reino vinieran a adorar también a la casa de Dios.
Vamos a ayudar al rey Exequias a invitar a la gente. Coloquen las manitas alrededor de la boca, como un altoparlante y anuncien: ¡Vengan! ¡Vengan todos a adorar al Padre celestial!
Las personas respondieron a la convocatoria del rey. Fue tanta la gente que el Templo y el patio quedaron abarrotados. Los sacerdotes leyeron el libro de Dios y enseñaron al pueblo las cosas que necesitaban saber sobre Él.
El pueblo se puso contento al escuchar la Palabra de Dios, ya doró con mucha alegría cantando y tocando instrumentos musicales. También adoraron al Señor haciendo otra cosa: entregaron sus ofrendas a Dios. Cuando damos nuestro dinero en la ofrenda, estamos adorando a Dios y dando gracias a Dios por todas las cosas que el nos da.
El culto de adoración que el rey Exequias y el pueblo hicieron en la casa de Dios fue una gran fiesta. ¡Una fiesta que duró siete días! ¡Una semana entera! ¿Les gustaría haber participado en una fiesta tan bonita y alegre? A los israelitas les gustó tanto la fiesta de adoración a Dios que ni siquiera querían regresar a sus casas. ¿Saben qué fue lo que hicieron? ¡Adoraron a Dios por otros 7 días más! ¡Otra semana entera de adoración a Dios! El Padre celestial se puso muy contento porque su pueblo había ido a adorarlo en el Templo y los bendijo aún más.
En la Biblia , el libro de Dios, está escrito que nosotros también debemos adorar al Señor. Cuando vienen a la Escuela Dominical
Entregue a cada alumno una lata de refresco vacía, previamente lavada y seca, un rectángulo de papel de color cortado de tamaño ideal para forrar la lata y un poco de goma de pegar. Enseñe a los niños a colocar pega en la lata con el dedo y pegar el papel en ella. Luego, reparta puñados de las legumbres. Cada niño recibirá solo un tipo de grano, pero podrá escoger el que desee. Los diferentes tipos de granos producirán diferentes tipos de sonidos. Dígales que coloquen los granos dentro de la lata y luego cierre usted la abertura con cinta crepé o esparadrapo. Al final cada niño tendrá una campanita para acompañar los cánticos de adoración al Padre Celestial
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