PUEDO PLATICAR CON DIOS

PUEDO PLATICAR CON DIOS
Versículo Clave:
“Oh Dios...Tú oyes la oración.” Salmo 65:1,2
Base Bíblica:
I Samuel 1: 1-28
Propósito:
Que el alumno sepa que puede platicar con Dios
Meta de Enseñanza-Aprendizaje:
Que el alumno platique con Dios por medio de la oración

MAESTRO
¿Cuál es la profundidad de su relación con Cristo? El concepto que tenemos de Dios determina en gran medida el tipo de relación que desarrollamos con Él. Al maestro se le pregunta sólo lo relacionado con la clase; al guía, qué camino tomar, al doctor, la enfermedad y la medicina. Pero a un padre muy pocas cosas se le pueden ocultar, Él nos conoce pues somos un pedazo de Él mismo. Durante la semana, piense en la perspectiva que tiene de Dios, y véalo como un hijo ve a su padre. Acérquesele, comparta con Él lo que piensa y siente. Puede estar seguro que Él siempre estará ahí para atenderle en el momento que se lo pida.



ANTES DE COMENZAR
En la clase de hoy, los niños dramatizarán la historia bíblica después de su narración, para ello lleve ropa y sandalias adecuadas y narre la historia despacio para que ellos puedan hacer una dramatización acertada. Al
final, dé instrucciones adecuadas para las actividades en el cuaderno del alumno. Lleve papel blanco, crayolas y lápices.



DESARROLLO DE LA CLASE
Oración
Ore para que los alumnos entiendan que Dios es su Padre amoroso y que Él siempre quiere
que hablemos con Él.
Actividades
1. Dar la bienvenida.
2. Cantar “Vamos A Orar”.
3. Orar dando gracias a Dios porque podemos hablar con Él directamente.
4. Contar la historia.



HISTORIA
La Biblia nos cuenta una historia muy hermosa acerca de una mujer llamada Ana. Ella vivía en un lugar llamado Ramá junto a su esposo Elcana. Pero había un problema: que Ana no podía tener hijos. Todos los años Elcana salía de su pueblo a ofrecer culto y ofrendas al Señor y oraba en forma especial por Ana porque la amaba mucho. Ana lloraba y no comía y Elcana le decía “¿Por qué lloras? ¿No soy para ti mejor que diez hijos?” Un día Ana se levantó después de la comida y el sacerdote estaba sentado cerca de la puerta de la entrada del templo. Ana llorando y con el alma llena de amargura se puso a orar al Señor y le hizo esta promesa: “Señor todopoderoso, si te acuerdas de mí y me concedes un hijo, yo lo dedicaré toda su vida a Tu servicio.” Como Ana estuvo orando largo rato, el sacerdote se fijó en su boca; pero ella oraba en silencio y sólo se movían sus labios. Y él le dijo: “¿Hasta cuándo vas a estar borracha? ¡Deja ya el vino!” “No es eso, señor,” dijo ella, “es que estoy angustiada y se lo estoy contando al Señor.” Y el sacerdote le dijo: “Vete en
paz, y que Dios te conceda lo que le has pedido.” Ana volvió a su casa y nunca volvió a estar triste. Y el Señor contestó la oración de Ana y quedó embarazada y tuvo un hijo, al que llamó Samuel y después que el niño dejó de tomar pecho Ana cumplió su promesa llevando al niño al templo con ofrendas y lo dedicó al Señor y a su servicio mientras tuviera vida. Así como Ana, nosotros podemos platicar con Dios y contarle nuestros problemas, necesidades, alegrías y tristezas por medio de la oración. Y al igual que a ella, Él nos oirá y responderá cuando sea el tiempo adecuado.

5. Dramatizar la historia bíblica.
6. Colorear la página número uno del libro del alumno.
7. Trazar las manos en un papel blanco para recordarles que necesitan orar.
8. Recoger la ofrenda.
9. Trabajar en el libro del alumno. Haga un círculo alrededor de los niños que están orando.



PARA TERMINAR
Evaluación
Pregunte a los alumnos: ¿Qué le pasaba a Ana? ¿A quién se le contó lo que le ocurría? ¿Cómo hizo para contárselo?
Oración
Preguntar a los alumnos lo que ellos quieren pedirle a Dios y déles la oportunidad de orar.

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